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Aprendiendo a ser mamá los primeros días con tu bebé

Aprendiendo a ser mamá los primeros días con tu bebé

29 Sep, 2020

La gran espera llegó, es varoncito, es mujercita dirán las felices mamis y ahora, ¿qué hago?, ¿cómo debe ser mi primer contacto con mi bebé?, ¿cómo lo debo de alimentarlo?, ¿cómo cambio los pañales?, ¿cuáles son los signos de alarma?. etc, etc.
Tan importante como la preparación para el momento del parto es el saber con anticipación que hacer con mi bebé recién nacido, estos conocimientos se recomiendan obtenerlos en sus cursos de Psicoprofilaxis Prenatal o Estimulación Prenatal y así estar prevenida.
Veamos abordajes importantes para que la mami pueda asumir su rol en estos días.

ESTABLECIENDO EL APEGO - CONTACTO Y LACTANCIA PRECOZ
“UNOS MINUTOS QUE DURARÁN TODA UNA VIDA”
El "apego" (bonding en inglés), se refieren al fuerte vínculo de unión que se desarrolla entre una madre y su bebé. En el ser humano hay un periodo crítico de dos horas en la que se establece el IMPREGNA, el sello de reconocimiento de madre e hijo, es por ello que se recomienda que en los primeros 30 minutos el bebé tome contacto con su madre, pues en ese momento estará despierto, con todos sus sentidos en alerta.
Debe de pedir a su Ginecólogo, Obstetray Pediatra que faciliten este hecho, pues el gran beneficiado es el recién nacido y el establecimiento del vínculo amoroso con sus padres. Este contacto físico debe darse inclusive en las cesáreas.
En el momento del nacimiento contáctese con su bebé piel a piel, que sienta su olor, su mirada, su voz, dígale cuanto lo ama y dele la bienvenida, acérquelo o pida que lo acerquen a su pecho en donde iniciará precozmente la lactancia materna. Inicialmente se produce calostro y luego la leche propiamente dicha, las cuales tienen todo lo que su bebé necesita desde el nacimiento hasta los 6 meses. Para el éxito de su lactancia, asegúrese que su bebé coja pezón y areola, recuerde a “más succión mayor producción”.

El baño.
Puede bañar a su bebé usando agua tibia en temperatura de 36 a 38 ºC, evitando que el nivel del agua llegue al ombligo hasta que este caiga; debe utilizarse un jabón neutro, sin perfume ni agregados que puedan irritar la piel sensible del niño, y asegurarse de quitarle el jabón por completo. En el ambiente no debe haber corrientes de aire, dedicar un tiempo para el baño. El baño puede ser diario.
Cuidado del ombligo.-
Vigila que todo el tiempo hasta su caída el ombligo debe estar seco, sin sangrado, sin secreciones ni olor fétido, y la piel a su alrededor no debe estar enrojecida, lo que nos indica que no hay infección. Para mantenerlo en esas condiciones, se recomienda limpiarlo diariamente con alcohol de 70 grados, una vez que el muñón se ha caído, con agua y jabón. Tener cuidado que el pañal no cubra el muñón del ombligo.

Cambio de pañales.-
Las primeras deposiciones se llaman “meconio” y es de color verdoso, se debe cambiar cada vez que defeque, y limpiarse con agua tibia. Es mejor no usar cremas ni aceites, recordar que los talcos están contraindicados en los bebes, por el riesgo de aspiración. Se puede usar protector de pañales. Ser muy cuidadosa para el cambio oportuno con un buen pañal de lo contrario desarrollará dermatitis de pañal o las conocidas escaldaduras.

El abrigo.-
Los recién nacidos, tienen mayor dificultad para controlar la temperatura, por lo que es necesario mantenerlos adecuadamente abrigados, pero sin excesos. La ropa se recomienda que sea de algodón, la lana les puede irritar la piel o condicionar alergias.

Sueño.-
El recién nacido tiene patrones de sueño largos, no diferencia el día de la noche, por tanto mucha paciencia. Sobre la posición para dormir, seguimos la recomendación de la Academia Americana de Pediatría: medio lado o boca arriba, pues existe menor riesgo de aspiración en caso de vómito o reflujo, mayor comodidad para el niño, sueño menos agitado, menor frecuencia de cólicos, mejor desarrollo motor especialmente del cuello.
Si se despierta en la noche: debes tomarlo en brazos con tranquilidad, calmarlo y si ya lactó volver a acostarlo sin decirle nada para que no se despierte del todo, de lo contrario el llanto será de hambre.

Signos de alarma:

  • El sangrado por el ombligo o por cualquier otro sitio,
  • La presencia de fiebre o la hipotermia,
  • La flacidez y el llanto débil,
  • El quejido constante,
  • Los cambios en el color de la piel (palidez, cianosis o sea el color azulado, la ictericia, que es el color amarillo),
  • La dificultad para comer,
  • El vómito o el llanto constantes,
  • Menos de tres orinadas por día,
  • La ausencia de evacuaciones con distensión del abdomen,
  • Pérdida de peso en los primeros días de más del 10% del peso al nacer.


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